Las
Cándidas son uno de los muchos microorganismos que viven en colonias
en la piel y mucosas del individuo, desde poco después del
nacimiento y durante el resto de su vida. Depende
sobre todo del equilibrio de las bacterias del tracto
gastrointestinal el que las Cándidas no proliferen y causen
trastornos importantes.
Nuestro
estado de salud depende de un delicado equilibrio entre dos grupos
principales de microorganismos, las bifidobacterias y los
bacteroides. Las bifidobacterias " amigas " contribuyen al
mantenimiento de un pH ácido en el intestino grueso, impidiendo así
la proliferación de microorganismos patógenos invasores, una de los
cuales es Cándida albicans. De esta manera las bifidobacterias
protegen la mucosa intestinal. Por
lo tanto el equilibrio de la flora intestinal es básico para
mantenernos sanos.
La
Cándida albicans es un organismo unicelular, que se reproduce por
gemación. Cuando prolifera puede cambiar tanto su anatomía como su
fisiología, entre las formas de levadura y hongo.
En el estado de
levadura es un organismo no invasor, que fermenta el azúcar,
mientras que en el estado de hongo produce micelios, que son
estructuras muy grandes, semejantes a raíces, que pueden penetrar a
través de la mucosa intestinal, enquistándose en dicha mucosa, o
pasar a la circulación sanguínea, facilitando así la penetración
en la misma de muchas substancias que pueden ser antigénicas.
La
Cándida albicans libera por lo menos 79 sustancias químicas que son
toxinas y que pueden quedarse impregnadas en la mucosa intestinal o
pasar a la corriente sanguínea y llegar a cualquier órgano o tejido
de nuestro cuerpo. También las proteínas parcialmente digeridas
procedentes de la dieta pueden pasar de esta manera a la corriente
sanguínea, comportándose como toxinas.
Ante esta invasión de
toxinas, que son sustancias extrañas al cuerpo humano, nuestro
sistema de defensas genera anticuerpos contra las mismas y empieza a
comportarse erráticamente. En su confusión, fabrica sin cesar
anticuerpos innecesarios, y así los afectados por Candidiasis
frecuentemente tienen reacciones de tipo alérgico contra sustancias
como el polvo, el polen, los cambios de temperatura y humedad, los
perfumes, los productos de limpieza, la gasolina, el petróleo, los
olores de pintura, el humo del tabaco, y otros. Con ello el sistema
de defensas queda aún más debilitado y la Cándida albicans
prolifera sin cesar.
El potencial de sensibilización de la
Cándida albicans ha quedado demostrado por estudios que revelan que
la liberación de histamina es estimulada por los antígenos de la
Cándida.
TRASTORNOS
QUE PRODUCE
Afecta
el equilibrio de la flora intestinal, tanto del Intestino Delgado
como del Colon, al
anular las vulnerables Bifidobacterias y los Lactobacilos, provocando
indigestión, náuseas, mal aliento, flatulencias, abombamiento
abdominal, malestar abdominal, irregularidad en las defecaciones (a
veces estreñimiento y otras, diarrea), irritación y picores en el
ano, molestias hemorroidales y colon irritable.
Crece
en las distintas mucosas, provocando inflamaciones
e irritaciones.
Si
es en la mucosa de la boca, puede uno tener aftas bucales muy
dolorosas y estomatitis. Si es en la mucosa de la nariz y garganta,
puede uno padecer sinusitis, rinitis, anginas, faringitis,
laringitis, carraspera, tosecita, afonía, y otitis cuando la Cándida
pasa a los oídos. Puede afectar la mucosa de los ojos dando lugar a
conjuntivitis.
Si se instaura en los pulmones, puede empezarse
con expectoraciones y tos, para terminar padeciendo bronquitis o asma
alérgica.
Si
la mucosa afectada es el tracto urinario y la vagina, pueden aparecer
molestias como necesidad de orinar urgentemente y con más
frecuencia, escozor al orinar y picores vaginales.
Cuando
se instaura en la piel aparecen trastornos como "picores
generalizados", eczema, acné, urticaria, psoriasis y por
supuesto pie de atleta e infección por hongos en la piel y las uñas.
Las
toxinas producidas por la Cándida se expanden por todo el organismo
y si se depositan en las articulaciones pueden producir dolores y
rigideces articulares, adormecimientos, hormigueos, e incluso
artritis; si se depositan en los músculos dan lugar a dolores y
debilidad muscular; y si llegan a la circulación cerebral el
paciente puede padecer cefaleas y migrañas recidivantes, mala
memoria, falta de concentración y acufenos.
También
puede afectar al cerebro y al resto del sistema nervioso. Así el
Acetaldehido (producto del metabolismo del alcohol, producido por la
Cándida a partir del azúcar) reacciona con el neurotramisor
Dopamina y provoca distintos desarreglos mentales y emocionales como
depresión, ansiedad, irritabilidad, variaciones en el estado de
ánimo, sentimientos "de rechazo" e incluso pérdida de la
autoestima.
Afecta
también a las funciones hormonales dando lugar a molestias
premenstruales, irregularidad en la menstruación, dolores
menstruales, trastornos con la menopausia, infertilidad y
endometriosis. Todo ello ocurre por que la Cándida posee en su
membrana órganos receptores que tienen la capacidad de aceptar las
hormonas. Así, si la progesterona se liga a la Cándida no llega
nunca a su destino.
La
Cándida también desencadena procesos autoinmunes, produciendo
anticuerpos contra las hormonas propias y contra el tejido ovárico.
Además afecta a los procesos metabólicos de los ácidos grasos
esenciales, interrumpiendo la formación de las prostaglandinas, que
son sustancias necesarias para la formación de hormonas.
Otro
sistema que se afecta mucho es el sistema de defensa o inmunitario.
Los anticuerpos se lanzan contra las toxinas, dando origen a
múltiples reacciones inmunitarias indiscriminadas; alergias e
intolerancias alimentarias o químicas. Se estimula la liberación de
histamina. Todo ello incrementa la susceptibilidad a las infecciones
y la incapacidad del sistema inmunitario para responder correctamente
a las infecciones y a los alérgenos.
En realidad puede afectar a
todos los sistemas esenciales del organismo y por ello una persona
infestada por la Cándida albicans se queja de sentir " un
malestar general ", notar una falta de energía, levantarse
cansada todas las mañanas y fatigarse ante cualquier esfuerzo, por
pequeño que sea.
EN
QUÉ AYUDA LA HIDROTERAPIA DE COLON
Realmente
la hidroterapia de colon no “acaba con la cándida”, pero sí
ayuda a eliminarla del intestino, recordemos también que al mantener
el intestino en buenas condiciones se produce un aumento del sistema
inmune.
Los
tratamientos naturales para la eliminación de éste organismo, pasan
por una dieta estricta, utilición de productos de fitoterapia y
homeopatía junto con la hidroterapia de colon.